Principios de septiembre. Nueva York. Arranca la semana de la moda de la Gran Manzana y en el front row de Alexander Wang vemos a una espectacular Karen Elson con un nuevo corte de pelo. Pelirrojo, por supuesto (la modelo empezó a teñírselo en los 90 inspirada por su compañera y amiga Christina Hendricks), pero más corto de lo habitual. Una melena midi recta a la altura del mentón con una pequeña progresión hacia delante y puntas texturizadas. Dos días después rezaba en su cuenta oficial de Twitter: “New hair cut new attitude”.

Después llegarían los desfiles de París y Milán y las fashion insiders seguían dándonos pistas de cuál sería el corte del otoño. Incluida la diseñadora Margherita Missoni que, aventajada donde las haya, ya había desvelado semanas antes las pistas de su nuevo look en su cuenta de Twitter: “Me corté el pelo y me encanta. Es un poquito más largo por delante y más corto por detrás". La top Aline Weber, la bella Laetitia Casta o Chloé Sevigny. Todas –incluidas las más familiarizadas con este look como Carine Roitfeld– querían pasear su melena midi, candidata perfecta para arrebatar el liderazgo que el pasado otoño ostentó el eterno long bob. “En un long bob más corto y precisamente la altura no es casual. Todo lo contrario, debe adecuarse a la forma del rostro”.

Para mí este peinado es uno de los clásicos. Es un look que siempre se ve y nunca pasa de moda: es una versión de la media melena que tiene varias ventajas: se puede recoger en una coleta si el corte es suficientemente largo y es un look con el que podrás cambiar de estilo para cada ocasión”.